De cederle el asiento a un hincha a jugar 25 minutos y recibir un premio: la curiosa noche de Campazzo

Y un día, Facundo Campazzo volvió a tener minutos de calidad en la rotación de Denver Nuggets. Aprovechando la lesión en un tobillo de Bones Hyland, el argentino saltó a la cancha y completó un buen partido en el triunfo de su equipo 124-92 sobre Portland Trail Blazers, que significó el sexto seguido para el conjunto dirigido por Michael Malone. Lo curioso es que antes de ingresar, Campazzo estaba tan relegado en el banco de suplentes que se sentó en el asiento de unos hinchas de Portland, que lo obligaron a moverse cuando reclamaron sus asientos.
La fría estadística dirá que el capitán de la Selección Argentina tuvo un correcto encuentro, con cuatro puntos, siete rebotes, tres asistencias, dos tapas y un robo en casi 25 minutos en el campo. Incluso su impacto en el juego fue mayor de lo que indican los números: el famoso + – que tanto utilizaron para criticarlo esta vez fue un elocuente +27, el mayor de su equipo. Y además, el entrenador le entregó el simbólico premio al mejor jugador defensivo del equipo.

Pero lo curioso fue como la imprevisibilidad de la NBA quedó expuesta otra vez, y Campazzo lo volvió a vivir en carne propia. Después de cuatro partidos con presencia simbólica y tres de ellos sin siquiera pisar la cancha, el argentino se aprestaba a vivir otra noche desde afuera. Por eso ni siquiera quedó ubicado dentro del banco de suplentes, ya que se acomodó en asientos preferenciales de aficionados de los Blazers. Como cuando comenzó el partido estaban libres, el argentino y dos asistentes se sentaron ahí, hasta que tuvieron que cederlos cuando aparecieron sus dueños.

Sentado en el piso, el ex jugador de Peñarol vio como su noche iba a ser bien diferente, cuando Hyland salió con una molestia en su tobillo después de estar sólo 27 segundos en la cancha. Sin el armador suplente, Malone apostó por el argentino, que sin brillar, cumplió una actuación correcta, en dos entradas diferentes. Su planilla indicó 1-2 dobles, 0-4 triples y 2-2 libres, aunque uno de los triples fue desde atrás de mitad de la cancha y otro cuando se acababa el reloj de posesión.

Pero lo curioso fue como la imprevisibilidad de la NBA quedó expuesta otra vez, y Campazzo lo volvió a vivir en carne propia. Después de cuatro partidos con presencia simbólica y tres de ellos sin siquiera pisar la cancha, el argentino se aprestaba a vivir otra noche desde afuera. Por eso ni siquiera quedó ubicado dentro del banco de suplentes, ya que se acomodó en asientos preferenciales de aficionados de los Blazers. Como cuando comenzó el partido estaban libres, el argentino y dos asistentes se sentaron ahí, hasta que tuvieron que cederlos cuando aparecieron sus dueños.
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